Había una vez en un lugar muy lejano una jirafa llamada Flora, que tenia que ir todos los días a los árboles a buscar hojitas para comer.
Un dia de tanto buscar árboles para comer se perdió, pero encontró a un elefante que le ofreció su ayuda, juntos caminaron se hicieron amigos y el elefante le dijo que su nombre era Eloiso. Entonces llegaron a la casa del elefante quien le había ofrecido conocer su casa, pero había un gran problema la puerta de la casa era ancha, pero no alta, por lo que la jirafa no podía entrar.
La pobre se quedo afuera muy triste, entonces el elefante estiro su larga trompa muy alta y movió el techo de la casa. De esa manera la jirafa pudo entrar y comer lechuga que el elefante saco del refrigerador, después de quedar satisfecha, feliz la jirafa quería regresar a su casa, pero no recordaba el camino. Entonces el elefante Eloiso la acompaño, pues él conocía todos los caminos.
Cuando llegaron a casa de Flora la jirafa, esta le dio las gracias a su amigo y lo invito a pasar para probar un rico postre que la mama había preparado. Pero había un problema la puerta era alta, pero no ancha, entonces el elefante no podía entrar y se puso triste, entonces a los papas de Flora se les ocurrió embetunarlo con mayonesa para que entrara a la fuerza, de esa manera comieron el rico postre y se divirtieron mucho.
Y colorin colorado este cuento se ha terminado... paso por un zapatito roto y mañana les cuento otro.
( Este es el cuento que escribi junto a mis compañeros de 1B del Colegio Extremadura y que fue publicado en el libro “Historias de Grandes Pequeños”. Nª 130 )
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